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Agua que sí han de beber

Cambio de Matriz
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El cambio de matriz energética en más de 1 300 sistemas de acueducto del país forma parte de las acciones que se llevan a cabo en la actualidad, a tono con la política para el desarrollo de las fuentes renovables de energía y su uso eficiente.

 

El programa tiene un importante impacto social y ambiental, pues comprende la sustitución del 37,4 % de los equipos de bombeo y una mejora del abasto de agua a cerca de 400 000 cubanos. Sin embargo, en materia económica, las cifras también son significativas.

 

Según el grupo empresarial de Agua y Saneamiento, cuando termine el proceso inversionista se estarán dejando de consumir anualmente 15 gigawatts hora del Sistema Eléctrico Nacional, con un ahorro de más de 46 millones de pesos.

 

Entre los territorios en los que ya se logra un impacto positivo destaca Pinar del Río.

 

En total, en la provincia serán 77 los asentamientos en los que la sustitución de una tecnología con varios años de explotación, que dependía exclusivamente de la electricidad o del diésel, hará posible un servicio de mayor calidad.

 

Con toda la autoridad que le da su condición de ama de casa, Miriam Hernández asegura que «esto es lo mejor que nos ha podido pasar».

 

«Ni siquiera en estas últimas semanas, en que ha habido tantos problemas con la corriente, el agua nos ha faltado», dice. «El cambio se nota en todos los sentidos, y ha sido para bien».

 

Miriam reside en la carretera de La Leña, en el municipio de Consolación del Sur, y es una de los 55 000 pinareños de comunidades rurales que se benefician con la instalación de equipos de bombeo que funcionan con energía solar.

 

Julio César Rodríguez Pimentel, delegado de Recursos Hidráulicos en Vueltabajo, precisa que se trata de un programa que abarca todo el país, en busca de ahorro y eficiencia.

 

«Estos sistemas tienen muchas bondades. Con ellos logramos una mayor estabilidad, disminuimos las roturas, el consumo de electricidad y la dependencia del Sistema Eléctrico Nacional para el abasto de agua», asegura el funcionario.

 

El cambio de matriz energética tiene lugar en aquellas comunidades que no sobrepasan los mil habitantes, donde el consumo del vital líquido se puede cubrir con motores de hasta unos diez litros por segundo.

 

O sea, en el 43 % de las fuentes de abasto de Pinar del Río, pertenecientes a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado. (En el resto demandarían parques fotovoltaicos mucho más grandes, para poder alimentar motores de entre 50 y 150 litros por segundo).

 

«Cuando comenzó este programa, a principios del año pasado teníamos diez asentamientos con las bombas rotas, y esos fueron la prioridad», comenta Rodríguez Pimentel.

 

Con un moderno equipamiento, que en la mayoría de los casos es capaz de combinar el uso de la energía solar con el de la electricidad –algo importante para asegurar su funcionamiento en días nublados o en caso de algún temporal–, la nueva tecnología cuenta con paneles fotovoltaicos y sensores que miden el caudal del agua y hacen que los motores se detengan antes de que las fuentes se agoten, para evitar que trabajen en seco y se vayan a quemar.

 

Aunque todavía quedan alrededor de 20 sistemas por instalar, no son pocos los pinareños que ya reciben los beneficios del programa.

 

Yuniesky Hernández, por ejemplo, en el Crucero de Echevarría, recuerda que allí hacía más de diez años que el agua no llegaba.

 

«Todo tenía que ser a base de pipas, que están bien caras. Era muy difícil».

 

Daniel García, presidente del consejo popular, admite que «el tema del agua era un planteamiento envejecido de verdad».

 

De ahí el impacto de las nuevas inversiones en esta extensa demarcación del municipio de Consolación del Sur.

 

«La gente está contenta y agradecida por lo que se está haciendo», dice.

 

Lorenzo Puente, director de la ueb Acueducto municipal, precisa que en el Crucero de Echevarría se han beneficiado alrededor de 400 personas con la instalación de los nuevos equipos.

 

En tanto, en Loma de Candelaria, donde la bomba se había quemado hacía mucho tiempo, se le ha restablecido el servicio a unas 300.

 

Julio César Lezcano, director de Ingeniería de la Empresa Provincial de Acueducto, explica que hay sitios como la carretera de La Leña, donde han mejorado las presiones y disminuido los ciclos, otros en los que estos se han podido retomar, al cabo de mucho tiempo, y otros en los que sus habitantes recibirán agua por primera vez.

 

Es el caso de El Ocuje, una pequeña comunidad en la cual, hasta ahora, toda el agua que consumían los vecinos tenían que sacarla con una soga, cubo a cubo, de un pozo de 30 metros de profundidad y trasladarla hasta sus casas.

 

Mientras ayuda en lo que haga falta a los trabajadores de acueducto que dan los toques finales a la inversión, como si fuera uno más de ellos, Casimiro Piloto no disimula el entusiasmo. «Con esto vamos a mejorar grandemente», asegura.

 

Así también lo cree Felicita Murillo, una mujer que también recibirá los beneficios del programa.

 

«Tener que cargar agua es algo duro, y aquí había que hacerlo todos los días. Yo llenaba un tanque de 16 cubos y trataba de ahorrarlo. Pero al día siguiente, tenía que hacer lo mismo».

 

En fase de prueba, el sistema de El Ocuje abastecerá en un primer momento a 11 viviendas, una escuela primaria y un tanque que hace la función de «punto de fácil acceso», donde los demás vecinos de la zona podrán servirse de agua sin tenerla que sacar cubo a cubo del pozo. Los especialistas estiman que pudiera llegar por tuberías a unas 25 casas de las más de 60 que abarca la comunidad.

 

En materia de ahorro, el Director de Ingeniería de la Empresa de Acueducto señala que, desde que se montó la primera bomba, en marzo del año pasado, hasta la actualidad, se han dejado de consumir 113 608 kilowatts, pero es una cifra que se irá incrementando, en la medida en que se sigan sumando sistemas y que funcionen con estabilidad.

 

No obstante, el impacto de este programa, en un territorio donde el abasto de agua constituye una de las preocupaciones principales de la población, va mucho más allá de los kilowatts y el combustible que podrán economizarse, e incluye otros aspectos más difíciles de medir, pero igualmente valiosos, como la calidad de vida de la gente.

Tomado del Periódico Granma

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