Tan pronto como se habla del abasto de agua a las viviendas en la comunidad rural 10 de Octubre, fluye, como el vital líquido, el agradecimiento de los pobladores a los trabajadores de la Sociedad Mercantil Estatal Tauba Holmotor S.U.R.L.

Hace varios meses que los 61 residentes en las 27 casas del asentamiento dejaron atrás la incertidumbre que les provocaba depender de un equipo de bombeo que ya no daba más, debido al largo periodo de uso; un cambio que se produjo cuando los directivos del plantel industrial se presentaron allí para informarles que les instalarían, sin costo alguno, una electrobomba nueva, de un modelo diseñado y fabricado en la entidad.

El equipo extrae el agua desde una profundidad cercana a los ocho metros y la hace llegar directamente a todas las casas, porque el tanque elevado está fuera de uso, explica Luis Fernández Ramírez, encargado del bombeo desde la época en la que el sitio tomó el nombre de la hoy desintegrada cooperativa de producción agropecuaria 10 de Octubre.

Que los habitantes de la comunidad hayan recibido sin pago alguno la electrobomba, no significa que esta no costara. Si el equipo llegó allí, fue porque el colectivo de trabajadores de Tauba Holmotor hizo una asamblea en la que se acordó, con el consentimiento de todos, destinar 100 000 pesos de las utilidades logradas en 2024, para favorecer la solución del abasto de agua del asentamiento.

Relata Iván Pego Martínez, jefe de Producción del establecimiento industrial, que el acuerdo fue tomar 75 000 pesos para destinarlos a la adquisición del equipo, pues esa suma se corresponde con el precio al que se comercializa, lo cual contempla lo invertido en la fabricación y el margen de ganancias. El resto del dinero se dedicó a la compra del sistema de control eléctrico.

No han pretendido sobresalir con el solidario comportamiento, expone el directivo, porque en realidad reconocen el valor del llamado de las autoridades provinciales y municipales a que las entidades productivas, a partir de las posibilidades económicas de cada una, se involucren más en la erradicación de parte de los problemas materiales de la población.

Poner la electrobomba en servicio en el poblado rural se ha contemplado como parte del seguimiento de los productos que desarrolla el plantel industrial. En 2024 produjeron 70 unidades de ese tipo, y en lo que va de año acumulan 30, en una contienda marcada por vicisitudes laborales, entre ellas los reacomodos de turnos de trabajo, a causa de la frecuente falta de electricidad.

Con optimismo, confirma que sigue el trabajo para concretar el propósito de fabricar 500 unidades, para instalar en comunidades pequeñas y en edificios multifamiliares, en virtud de un acuerdo mediante el cual el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) suministrará los recursos materiales necesarios.  

Xiomara Rodríguez Rosales, delegada de la circunscripción 36, del consejo popular 10 Juan Durán, en el que está enclavada la comunidad,  opina que la donación ha provocado una especie de arrastre positivo, una vez que directivos de la provincia y autoridades del Gobierno municipal asumieron un proyecto que contempla la construcción de una caseta para proteger la electrobomba y sustituir la añeja tubería principal y las ramificaciones (acometidas) hasta cada vivienda, a lo que seguirá la adquisición de un depósito de gran volumen para situarlo en el lugar en el que está el que hoy presenta avanzado deterioro.

Para concretar la amplia transformación, de acuerdo con información ofrecida por Juan Mario Hechavarría Hernández, delegado del INRH en Holguín, se han destinado unos cuatro millones de pesos, una parte de ellos del presupuesto para inversiones que maneja esa entidad, y otra, proveniente de la llamada contribución territorial al desarrollo local.

Granma constató el buen ritmo de las acciones constructivas, lo que se refleja en el avanzado estado de la caseta y en la realización de las zanjas y el proceso de unión de tuberías de 75 milímetros, que son las que parten desde el pozo y son la columna vertebral de la nueva red hidráulica.

Xiomara, la delegada del Poder Popular, con su tono coloquial y costumbre de seguir el pulso a lo que sucede a su alrededor, insiste en que la comunidad está como renovada, porque si bien predominan las personas mayores, estas, en la medida de sus posibilidades, también se involucran activamente en las faenas. «Mira, estos dos paqueticos de refresco los envió una vecina, para que los constructores lo sumen a la merienda. Ah, otras dos personas ya les enviaron café, para darles ánimo», comenta.

En los instantes en los que detalla planes con el fin de organizar una jornada de trabajo voluntario para acelerar las obras, aparece un camión. Cuando el vehículo se detiene, comprueba que han llegado los rollos de tuberías que faltaban. En tono que deja ver amabilidad y exigencia, le señala a Hermes Velázquez Reynaldo –jefe de la brigada ejecutora y representante de la mediana empresa privada de la Construcción Nube–, las medidas para la protección del envío, entre ellas, llevarlo inmediatamente al patio de la casa cercana, convertido en «almacén seguro» de otros recursos adquiridos.

Tomado de Granma