Agua, mujeres y ciencia
La relación entre ciencia y mujer guarda también una estrecha relación con el agua, y es que el primer condicionante que encontramos viene determinado por la diferencia entre contar o no con acceso a agua limpia y saneamiento. Para conseguir la incorporación de las mujeres a una educación que les permita optar por la ciencia, el acceso al agua es el primer requisito para que esto se produzca. Lamentablemente, en países en desarrollo, es habitual que las niñas tengan que abandonar la escuela para acudir a una fuente de agua de la que recoger el recurso para poder llevarla a sus hogares, al no contar con abastecimiento de agua potable, o falten a la escuela cuando tienen la menstruación por un saneamiento inadecuado en las escuelas. Estas carencias les acaban impidiendo el acceso a una educación superior, y por tanto, su desarrollo dentro del campo de la ciencia.
Asimismo, el agua ha sido tradicionalmente un sector muy masculinizado, en parte por esa poca presencia femenina en carreras científicas y de ingeniería y tecnología, tan vinculadas al sector. No obstante, en los últimos años se ha producido un crecimiento de la contratación de mujeres técnicas e ingenieras en las empresas dedicadas al ciclo de agua urbano.