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Agua y energía: reto para el 2024

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Por: Dirección de Comunicación Institucional

 

La humanidad ya no está ajena a las problemáticas ambientales que enfrenta el mundo. En los últimos años, los científicos, las organizaciones internacionales y los medios de comunicación han informado sobre cómo la intensificación de los fenómenos climáticos ha generado incendios, inundaciones y sequías, situación, esta última, que podría generar desabastecimientos de agua y energía.

 

Según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2024, para conseguir el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 7 – garantizar el acceso a energía asequible, confiable, sostenible y moderna para todos – será necesario acelerar la adopción de las energías renovables. El reto es adoptar tipos de energía renovable que también consumen poca agua.

 

Estos avances además contribuirían directamente a la consecución del ODS 6, especialmente, en las zonas que se enfrentan a la escasez de agua o en las que la competencia por los recursos finitos entre los sectores que utilizan este líquido podría socavar la prosperidad. 

 

Por otra parte, importantes cantidades de energía se utilizan para bombear, tratar y transportar agua y aguas residuales, incluida la destinada al regadío y a la industria. Alcanzar la cobertura universal de agua potable y electricidad significa reducir la dependencia del agua de la energía y viceversa, con vistas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

 

Los datos sugieren que el uso de este recurso natural para todo tipo de producción de energía ha ido aumentando de forma más o menos proporcional, con la excepción de un descenso importante para la generación de electricidad basada en combustibles fósiles, según recoge el informe.

 

En cuanto a la generación de electricidad, las fuentes más eficientes en el uso del agua son la eólica y la solar fotovoltaica. Esta última, solo requiere pequeñas cantidades del líquido para la fabricación y limpieza de paneles. Sin embargo, tiene el potencial de mitigar la pérdida de agua con otros beneficios colaterales cuando los paneles se instalan sobre el agua.

 

Varios son los proyectos que se ejecutan en aras de adoptar tipos de energía renovable que consuman poca agua. Tal es el caso de la India, donde se instalaron paneles solares sobre canales con el objetivo de preservar tierras. Los beneficios fueron múltiples: se redujo la evaporación al crear sombra, y de esta manera se preservó agua para otros usos; además, el agua refrigeraba los paneles y los hacía más eficientes.

 

Mientras, un estudio realizado en California sugirió que se podría ahorrar suficiente agua para 2 millones de personas si los 6.400 kilómetros de canales abiertos se cubrieran con paneles solares, que generarían a su vez 13 gigavatios de energía renovable, según destaca el informe de Naciones Unidas. Los paneles solares flotantes que cubren los embalses podrían producir beneficios similares, como, por ejemplo, obstaculizar el crecimiento de malezas y minimizar el empleo de la tierra para nuevas instalaciones.

 

Como se puede evidenciar, la energía y el agua están ligadas en algunos aspectos. En cada etapa del ciclo del agua se consume energía, así como la producción de agua requiere una cantidad de energía. por lo tanto, avanzar en la eficiencia energética es imperativo para el sector del agua. Otro aspecto a tener en cuenta es que la disponibilidad de este recurso natural está a punto de convertirse en una preocupación en las economías emergentes.  

 

La búsqueda de soluciones o alternativas para reducir el consumo de agua para la producción de energía, cada vez se hace más necesaria entre las grandes potencias. Las naciones deben implementar estrategias que abarquen la integración de la formulación de políticas de energía y agua.

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