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Por: M.Sc. Fidel Sagó Arrastre fidel@hidro.cu Fotos: Del autor.

Irradia señales alentadoras PTAR Luyanó

Chapman Waugh a pie de obra
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La vicepresidenta de los Consejos de Estado y de Ministros, Inés María Chapman Waugh, constató “in situ” las señales alentadoras que irradia la mayor Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) del país, ubicada en el municipio 10 de Octubre, de la capital cubana, inmersa en una favorable fase de puesta en marcha, con la paulatina estabilización del proceso primario de tratamiento de las aguas negras que llegan a la instalación, y las primeras pruebas practicadas a su segundo régimen de procesamiento tecnológico, de los tres que completarán el ciclo de la instalación, antes de devolver con una mejor calidad esos líquidos al cauce del río Luyanó, para ser vertidos en la bahía de La Habana.

Acompañada por los presidentes del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Antonio Rodríguez Rodríguez, y del de Planificación Física, General de División ®, Samuel Rodiles Planas, entre otras autoridades gubernamentales, Chapman Waugh resaltó el hecho de que la planta esté en funcionamiento, dándosele valor de uso en el tránsito de su puesta a punto para ser entregada oficialmente a la Empresa Aguas de La Habana, entidad encargada de la explotación de la inversión.

Orientó pulir la ingeniería del detalle en el período final de la obra para que todos los procedimientos tecnológicos cumplan con el rigor exigido, sin soslayar la preparación integral de los recursos humanos que operarán la planta, una instalación que por fin se avista su concreción, tras “un largo y punzante parto”.

La PTAR Luyanó se levantó a un costo estimado en cerca de 40 millones de pesos en moneda total, y constituye una importantísima obra insertada en el programa para el saneamiento, conservación y desarrollo de la bahía de La Habana, pues implica el tratamiento de unos 200 litros por segundo de aguas residuales, mejorando su calidad, antes de su vertimiento al río Luyanó, y por ende a la rada capitalina.

Esta especie de industria del agua dispone de una moderna tecnología que posibilita un tratamiento biológico, a través de lodos activados que reducen la carga contaminante (fundamentalmente orgánica y de nutrientes; fósforo y nitrógeno) de las aguas residuales que llegan a la instalación provenientes de los repartos habaneros Juanelo, Bien Aparecida, La Fernanda, California y Carolina, donde residen unos 62 mil habitantes.

 

 

 

 

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