El presupuesto del Estado para 2021 responde al primer año de la implementación del ordenamiento monetario en el país, que contempla una corrección gradual de los precios —resultado de la devaluación del peso cubano en el sistema empresarial—, así como la aplicación de la reforma salarial y la eliminación de los subsidios excesivos y gratuidades indebidas.
Así significó la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss, al exponer en el sexto período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su IX Legislatura, las principales características del presupuesto estatal para el próximo año.
La titular destacó que en el nuevo escenario se mantienen subsidios a productos y servicios altamente sensibles para la población, ratificando el carácter social del presupuesto. Para ello se destinan 26 263 millones de pesos que cubren, por ejemplo, los productos alimenticios de entregas específicas a los niños, dietas a embarazadas, la canastilla y el subsidio parcial al servicio de energía eléctrica.
El presupuesto recoge una reducción de la carga tributaria de las formas de gestión no estatal, “con el propósito de contribuir a la asimilación de los incrementos de costos y gastos, y de esta forma evitar que se traslade todo el efecto de la devaluación del peso cubano a los precios de los productos y servicios, y así coadyuvar a contener el efecto inflacionario”.
En este sentido, se reconoce el 100% de los gastos en que incurrieron en el ejercicio de sus actividades, exigiendo la justificación del 80% de los mismos, así como se incrementa el mínimo exento anual a 39 120 pesos.
El aporte de este sector se proyecta en el orden del 4% de los ingresos brutos.
La ministra de Finanzas y Precios también se refirió al estimado de la ejecución del presupuesto del Estado en 2020, caracterizado por el recrudecimiento del bloqueo y los graves impactos de la pandemia, que incidieron en los ingresos provenientes por exportaciones de actividades clave como el turismo.
En este escenario, se respaldó los gastos por más de 1 300 000 000 de pesos para enfrentar la COVID-19.
Todo ello, argumentó la titular, ha provocado una ejecución del presupuesto bajo fuertes restricciones financieras, y recordó que en el mes de junio fue ajustado el plan de la economía y del presupuesto del Estado, con un incremento del déficit fiscal.
Luego, en noviembre, se aprobó un nuevo aumento de déficit “para respaldar el incremento de 8 066 000 000 de pesos, que corresponden a gastos asociados en el presente año con la reforma salarial y pensiones del mes de diciembre, como parte del ordenamiento monetario”.
De acuerdo con el informe, se estiman gastos totales por 76 204 000 000 de pesos e ingresos brutos en el entorno de lo aprobado en lo que incide, fundamentalmente, las afectación en la circulación mercantil minorista, los aranceles de aduana, la prestación de servicios gastronómicos, entre otros.
El déficit fiscal estimado está en el entorno de los 20 733 900 000 pesos.