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Una batalla incansable por el drenaje de Morón

Granma
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En las entrañas de casi toda la ciudad de Morón, hombres y mujeres libran una guerra, silenciosa, contra las obstrucciones en las viejas tuberías que se entretejen en el subsuelo y conforman una red sanitaria de cientos de kilómetros, la mayoría en mal estado.

 

En muchos barrios el agua maloliente brota por las alcantarillas y los registros. Las redes «explotan», los vecinos opinan y las cuadrillas no descansan en el trabajo cotidiano.

 

«Es el trabajo más completo y la más amplia restauración a que se han sometido las redes de la ciudad. Según cálculos, sobrepasará los cinco millones de pesos», comenta Hiorvanys Espinosa Pérez, vicegobernador de la provincia, estrechamente vinculado a las labores que allí se realizan. «Es un trabajo amplio, organizado y profundo, con la movilización de varios equipos desde otros frentes. Jamás se había realizado nada así», afirma, debajo de uno de los árboles del barrio Villamil, uno de los que presenta la situación más difícil.

 

EN LOS REGISTROS SE VE CORRER EL AGUA

Dicen varios vecinos en la parte de Carrazana que ya el agua se ve correr por los entramados subterráneos. «Una levanta la tapa de los registros y ve el agua de albañales por el interior de las tuberías, por los registros. Ya destupieron todo. La gente siente un alivio tremendo. No lo digo yo. Lo dicen Lucy, Malia, Sandra, Isabel, quienes muchas veces iban a verme a la casa y yo sin poder resolver el problema, hasta que las instancias superiores decidieron que esto no aguantaba más, y comenzaron a transformar el entorno».

 

Así comenta Ana Fidelina Martínez Díaz, presidenta del consejo popular, en el chequeo a pie de obra, en el acompañamiento a las labores, justo en la calle Delfín Moreno, en la circunscripción 21: «Digno y productivo ha sido el trabajo, que concluyó con el mantenimiento de la red hidrosanitaria en un lugar que llevaba años con ese problema», añade.

 

Con tres años en el cargo, Adanelys Martín Jiménez, presidenta del consejo popular Este, en el cual viven 14 750 electores, jamás había visto un movimiento tan participativo. Es de ambas partes, tanto las fuerzas constructoras como los vecinos, que también se involucran y apoyan.

 

«En mi consejo –explica– se trabaja en los edificios de Villamil, un lugar con muchas obstrucciones, porque todos los residuales bajan desde la calle Libertad, cercana al hospital Roberto Rodríguez, hasta acá. Las aguas de albañales bajan y tupen las alcantarillas y las tuberías, debido a las deposiciones y al tiempo que llevan obstruidas. La zona de la calle Libertad hasta Villamil estaba muy compleja, pero ya en varias partes se ha solucionado el problema.

 

«Frente al círculo infantil había tremenda tupición. Pusieron tubos nuevos y el problema se solucionó. Era un reclamo de mi mamá, Ana Magalys, quien fue mucho tiempo delegada de la circunscripción 4. No pudo la madre, pero la hija sí», afirma en tono jocoso, de cubana campechana que no rehúye los problemas.

 

En Morón, las redes tributan mayoritariamente a la estación de bombeo. El problema se agudiza con las interrupciones eléctricas, porque esas estaciones trabajan con un nivel de carga muy alto, y las redes se congestionan y solidifican.

 

«En la ciudad había más de 300 obstrucciones. Ya hemos arreglado más de cien, comenta el Vicegobernador. El trabajo tiene la particularidad de que debemos hacer coincidir el llamado carro de fosa con el de alta presión, para que los sólidos fluyan. Ya lo hicimos en otra zona, y funcionó.

 

«Todavía debemos organizarnos más para un mejor aprovechamiento de la jornada laboral. Tenemos disponibilidad de combustible, el financiamiento, los recursos y el personal especializado para acometer la obra que, cuando esté terminada, beneficiará a más de 60 000 habitantes».

 

Dicho en otras palabras: en más del 70 % de la ciudad hay obstrucciones. Prácticamente todos los barrios están afectados por las tupiciones.

 

Por ahora existen varios frentes de trabajo abiertos: Peñaranda, en el sur; el de las calles Delfín Moreno, Nueve y Ocho, en las cuales se terminó gran parte del trabajo.

 

Otro frente bien complicado es el del consejo popular El Vaquerito, al norte de la ciudad, donde vierten 56 fosas, de las 114 existentes en el municipio.

 

De la tarea de limpieza y restauración del alcantarillado de la ciudad de Morón se ocupan fuerzas del propio municipio y de Chambas, Ciego de Ávila, Bolivia, Venezuela, una brigada de la unidad empresarial de base Cuito Cuanavale y una mipyme estatal.       

                                        

La ciudad de Morón depende de un sistema hidrosanitario complejo (red de agua potable, drenaje profundo, plantas de tratamiento) para la sostenibilidad del sistema actual.

 

Todo ello forma parte de importantes acciones que contribuirán a la evacuación de aguas residuales y a mayor eficiencia en el drenaje de la ciudad, ante la cercanía de la temporada ciclónica, que puede presentar intensas lluvias asociadas a fenómenos meteorológicos.

 

Ni tan rápido ni tan lento; de acuerdo con la disponibilidad de recursos, del comportamiento del suministro eléctrico, avanzan los trabajos en las redes subterráneas de la ciudad de Morón.

 

Con las obstrucciones eliminadas, vuelve a respirar el laberinto de tuberías bajo el bullicio de la ciudad. Las cuadrillas han logrado devolver la fluidez a la red de aguas residuales, vital para el funcionamiento de la urbe.

 

Al parecer, este esfuerzo de ahora no es solo un parche: expertos recalcan la necesidad de mantener una inversión constante en infraestructura y concientizar a la población sobre el correcto descarte de residuos. Así, mientras la ciudad sigue su ritmo en la superficie, bajo tierra queda la lección de que a todos corresponde la responsabilidad para evitar futuros colapsos.

 

Si en medio de complejas tensiones el país prioriza acciones de esta magnitud, porque el pueblo lo demanda; sea entonces ese pueblo el principal guardián de lo que, indudablemente, le reportará un notable beneficio.

 

Tomado de Granma

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