Para la precisión de los detalles correspondientes a la segunda parte de las obras, Francisco de Albear presentó, en septiembre de 1876, dos proyectos complementarios: la “Memoria del Proyecto de depósito de recepción y de distribución de las aguas del Canal de Vento”, y la “Memoria del Proyecto de la distribución del agua de Vento en la Habana”. Ambos documentos fueron analizados en la sesión de la Junta Consultiva de Obras Públicas de la Isla de Cuba, efectuada el 28 de abril del año 1877.
Entre sus principales ventajas, la nueva ubicación permitiría obtener una disminución del trayecto del canal en su parte final, evitar la compleja construcción de la Mina de Incera, así como no tener que atravesar ni el ferrocarril del Oeste, ni el valle del arroyo Valiente, a la vez que acercaría el depósito al núcleo poblacional que se abastecería de él. En lo tocante a su capacidad y dimensiones, Albear lo comparó con los realizados en otras ciudades del mundo, donde se habían visto obligados a conducir el agua desde lugares distante y construir depósitos similares.
El diseño de los depósitos está constituido por un tanque rectangular, dividido en dos estanques simétricos, separados por un muro sobre el cual se construyó una acera, que, a modo de pasarela, comunica el edificio que contiene los aparatos de la toma del agua, con la Arcada. En este pabellón se encuentran las compuertas y el foso de maniobras.