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CASA DE BAÑOS DE LA CATEDRAL

CASA DE BAÑOS DE LA CATEDRAL
Orden de visita
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En 1587 existió allí una cisterna o aljibe que proveía de agua potable a la villa de San Cristóbal de La Habana, la Armada y las flotas que arribaban al puerto. Tras la entrada en servicio del Acueducto Fernando VII, el agua de la Zanja Real dejó de correr hasta el Callejón del Chorro y la cisterna perdió su sentido práctico.

En 1854 el espacio fue ocupado por el almacén o Depósito de frutas El Chorro, dando pie a que la calle adquiriera dicho nombre. Cuando se levantó la pared del almacén, se tapó la huella exacta del boquerón que allí existía, y por donde se verificaba el desagüe de la Zanja Real.

En 1890, se instalaron en este sitio los primeros baños públicos, conocidos como “Baños de Guiliasti” o Baños Públicos de la Catedral, primeros en su clase que existieron en La Habana, aunque sólo funcionaron durante las primeras décadas del siglo XX. Tras cerrar los baños públicos se reformó el caserón para convertir la planta baja en almacén.

No es hasta finales las últimas décadas del siglo XIX que los principales hoteles y casas de huéspedes empiezan a disponer de lo que se llamaba “el lujo del baño”. En albergues de inferior categoría se daba información a los huéspedes sobre los establecimientos públicos donde podrían bañarse al precio de unos 30 centavos.

Sobre el muro de la antigua Casa de Baños de la Catedral, se localiza una fuente empotrada a manera de bebedero, además de dos tarjas, que simbolizan la culminación de las obras de la Zanja Real. Una de ellas recuerda el lugar hasta donde llegaban las aguas de la zanja y expresa lo siguiente:  Esta agua traxo el maesse de Campo Juan de Texeda. Anno de 1592

Hoy el lugar está ocupado por la galería Victor Manuel y algunas viviendas en lo alto.

 

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