Fundada en 1853, la farmacia La Reunión que desde un inicio ocupara el inmueble de Teniente Rey 41, esquina a Compostela se fue expandiendo al comprar sus propietarios, la sociedad Sarrá y compañía, varias de las edificaciones colindantes. En este siti se establecieron los catalanes de apellidos Sarrá y Catalá, ambos farmacéuticos, con la idea de vender recetas a precios módicos.
Sarrá, es la farmacia más antigua y mejor conservada en La Habana. Se plantea que a principios del siglo XX se consideró la botica de más importancia en Cuba y la segunda a nivel mundial. En ella se elaboraban los mejores remedios de La Habana colonial a muy buenos precios, razón que le permitió alcanzar popularidad. Uno de los grandes secretos que atesora es que debajo del inmueble corría un manantial de agua, la cual empleaban en sus preparaciones.